COMICS DE MI VIDA: LUCKY LUKE - LA HERENCIA DE RAN TAN PLAN
Más que conocida es mi preferencia, dentro de los comics, por los pijamas de colorines y los martillos, telarañas, rayos gamma, rayos ópticos y demás parafernalia; así que es raro que mi segunda revisión de mis comics preferido sea esta hilarante y original obra. Además de porque me encanta, las razones serían las siguientes:
1. Vale, ya he dicho que es genial, pero es que además aparece Averell Dalton.
2. El otro día lo volví a leer gracias al periódico local, que ahora está lanzando una serie de comics muy interesantes.
3. No digáis que no queda de puta madre hablar de comic europeo entre tanta marvelada.
A lo que vamos, siempre me gustó el poor lonesome cowboy del eterno cigarro en la boca y más rápido que su sombra desde mi infancia, marcada sobre todo por los largometrajes La balada de los Dalton y Daisy Town (aún recuerdo gran parte de sus diálogos y me sigo riendo) y también recuerdo con cariño esa serie tan cutre en imagen real de hace años protagonizada por el no menos cutre pero genial Terence Hill.
Lo dicho, devoraba a Lucky Luke y hoy en día sigo disfrutando con el bueno de Luke, el fiel Jolly Jumper, el estúpido pero inimitable Ran Tan Plan, los hermanos Dalton, LiChi y demás personajes de la familia.
La herencia de Ran Tan Plan surge de la prolífica colaboración del creador de todos estos personajes, Morris (nom de guerre de Maurice de Bévère) y el simpar René Goscinny. El primero reinventó el comic western con este elenco de personajes ayudado por varios guionistas franceses mientras que el padre de Asterix, Goscinny, ya gozaba de la bendición de Harvey Kurtzmann y demás, amen de las simpatías del público.
El resultado es más que obvio, un comic en el que te ries que da gusto, empiezas aguantandote una risita mal disimulada hasta que estallas en carcajadas (a lo mejor no tanto, pero dentro de lo que es el comic este album es para descojonarse), y es que los Dalton son mucho Dalton.
¿He dicho Dalton? Pues si, dudé en llamar a este post Elogio de Averell porque sin duda, mi personaje favorito de la saga (junto al cowboy, of course) es el larguirucho de los cuatro hermanos. Es ese personaje que estás esperando que abra la boca para ver que perla suelta bajo su bigote y echarte a reir, es el contrapunto (y, a la vez, causa) de la mala leche del pequeño Joe, quien también nos da unos momentos de quitarse el sombrero gracias a sus peleas con Averell. Mítico es el ¡¡Averell, cállate!!.
El cachondo de Averell sufriendo la famosa bronca (en off) de Joe, qué poco te comprendían Averell.
El humor a veces elegante, ora negro, ora más grueso, muchos ratos surrealistas y con múltiples lecturas acompaña esta historia en la que Ran Tan Plan hereda varios negocios de un viejo ludópata. Hasta ahí bien, si no es porque en caso de defunción del can, la herencia pasaría a manos de Joe Dalton, quien intentará cargarse al desgraciado chucho por todos los medios.
Así, el cowboy de camisa amarilla tendrá que proteger al cánido heredero sin tener que sudar demasiado y siempre ufano e impasible, pues ya conocemos a los Dalton y su legendaria estupidez, que no solo se concentra en el buenazo de Averell (quien por cierto, me recuerda mucho físicamente a Juan y Medio, no me pregunten).
Una historia de lo más simple que ha escrito Goscinny pero con su ritmo característico cargado de gags y situaciones hilarantes; y Morris nos muestra su genialidad a la hora de presentar personajes, tanto protagonistas como secundarios (de hecho, podemos ver a Mark Twain pululando por sus páginas) y he escogido esta obra porque considero el tandem Morris/Goscinny como el mejor que ha tratado a Lucky Luke.
¿Cómo?¿Qué he hablado muy poco de Lucky Luke? Bueno, vale, pero es que Averell tira mucho y, especialmente en este caso, todavía no me he atrevido a contar las páginas en las que sale el de los Dalton, y mejor que no me atreva...
Leanlo con salud y ya me contarán, I'm a poor lonesome cowboy...
1. Vale, ya he dicho que es genial, pero es que además aparece Averell Dalton.
2. El otro día lo volví a leer gracias al periódico local, que ahora está lanzando una serie de comics muy interesantes.
3. No digáis que no queda de puta madre hablar de comic europeo entre tanta marvelada.
A lo que vamos, siempre me gustó el poor lonesome cowboy del eterno cigarro en la boca y más rápido que su sombra desde mi infancia, marcada sobre todo por los largometrajes La balada de los Dalton y Daisy Town (aún recuerdo gran parte de sus diálogos y me sigo riendo) y también recuerdo con cariño esa serie tan cutre en imagen real de hace años protagonizada por el no menos cutre pero genial Terence Hill.
Lo dicho, devoraba a Lucky Luke y hoy en día sigo disfrutando con el bueno de Luke, el fiel Jolly Jumper, el estúpido pero inimitable Ran Tan Plan, los hermanos Dalton, LiChi y demás personajes de la familia.
La herencia de Ran Tan Plan surge de la prolífica colaboración del creador de todos estos personajes, Morris (nom de guerre de Maurice de Bévère) y el simpar René Goscinny. El primero reinventó el comic western con este elenco de personajes ayudado por varios guionistas franceses mientras que el padre de Asterix, Goscinny, ya gozaba de la bendición de Harvey Kurtzmann y demás, amen de las simpatías del público.
El resultado es más que obvio, un comic en el que te ries que da gusto, empiezas aguantandote una risita mal disimulada hasta que estallas en carcajadas (a lo mejor no tanto, pero dentro de lo que es el comic este album es para descojonarse), y es que los Dalton son mucho Dalton.
¿He dicho Dalton? Pues si, dudé en llamar a este post Elogio de Averell porque sin duda, mi personaje favorito de la saga (junto al cowboy, of course) es el larguirucho de los cuatro hermanos. Es ese personaje que estás esperando que abra la boca para ver que perla suelta bajo su bigote y echarte a reir, es el contrapunto (y, a la vez, causa) de la mala leche del pequeño Joe, quien también nos da unos momentos de quitarse el sombrero gracias a sus peleas con Averell. Mítico es el ¡¡Averell, cállate!!.
El cachondo de Averell sufriendo la famosa bronca (en off) de Joe, qué poco te comprendían Averell.
El humor a veces elegante, ora negro, ora más grueso, muchos ratos surrealistas y con múltiples lecturas acompaña esta historia en la que Ran Tan Plan hereda varios negocios de un viejo ludópata. Hasta ahí bien, si no es porque en caso de defunción del can, la herencia pasaría a manos de Joe Dalton, quien intentará cargarse al desgraciado chucho por todos los medios.
Así, el cowboy de camisa amarilla tendrá que proteger al cánido heredero sin tener que sudar demasiado y siempre ufano e impasible, pues ya conocemos a los Dalton y su legendaria estupidez, que no solo se concentra en el buenazo de Averell (quien por cierto, me recuerda mucho físicamente a Juan y Medio, no me pregunten).
Una historia de lo más simple que ha escrito Goscinny pero con su ritmo característico cargado de gags y situaciones hilarantes; y Morris nos muestra su genialidad a la hora de presentar personajes, tanto protagonistas como secundarios (de hecho, podemos ver a Mark Twain pululando por sus páginas) y he escogido esta obra porque considero el tandem Morris/Goscinny como el mejor que ha tratado a Lucky Luke.
¿Cómo?¿Qué he hablado muy poco de Lucky Luke? Bueno, vale, pero es que Averell tira mucho y, especialmente en este caso, todavía no me he atrevido a contar las páginas en las que sale el de los Dalton, y mejor que no me atreva...
Leanlo con salud y ya me contarán, I'm a poor lonesome cowboy...
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