CINCO DÍAS DE ACUEDUCTO À-LA-RODRIGUEZ
Necesito unas vacaciones ya. Ahora mismo estamos terminando el megapuente de la Inmaculada y me espera un duro jueves que va a ser larguíiiiisimo.
Uno ya de por sí es tremendamente vago y si encima se planta un acueducto como este a las puertas de nacidades y al cargo de la casa, ya que mi hermano y yo nos hemos quedado guardando el fuerte mientras el resto se fue a Portugal a pasar estos días, pues pasa lo que pasa, que acabo cogiéndole la horma al sofá y hasta que no pasen los Reyes (y ni entonces) soy feliz.
Vale, soy muy exagerado y de un perezoso que doy asco pero es que no puede ser, hoy me he dado un paseo bajo la iluminación navideña después de pasarme el día entero leyendo mis clásicos de ciencia-ficción de E.C. (que por otro lado es una maravilla) al amor de la estufa escuchando mi disco de villancicos guitarreros (Merry Axemas, del cual hablaremos otro día porque lo merece) que espero todo el año para sacarlo de su estuche. Y así me tiraría todo el invierno, que quieren que les diga.
Cinco días en los que ni siquiera el tener que cocinar, limpiar y demás menesteres (que al estar dos en casa no es mucho) no han eclipsado las partidas de rol y juegos varios, las visitas de allegados, las películas y las muchas horas de lectura, que era para lo que quería aprovechar el puente, leer a todo trapo.
Y faltan ya dos semanitas más o menos para vacaciones, no se si mis uñas aguantarán tanto...¡qué ganas!
Por cierto, este viernes monto el belén y el arbolito, que con tanta lectura se me ha pasado. ;)
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