EL LUCHADOR MANCO

Aprovechando el fin de semana para recordar clásicos de cine de artes marciales, me regalé la vista con una de las más rutilantes joyas de la Golden Harvest, la producción aquí llamada El Luchador Manco (One armed boxer).

En efecto, existía la vida antes de Bruce Lee en la productora de Raymond Chow (si no recuerdo mal, esta es su primera incursión como gerifalte de la GH), pues así lo corrobora el mencionado título, protagonizado, guionizado y dirigido por Jimmy Wang Yu (por entonces sólo Wang Yu). Un imprescindible del género a mi humilde entender.
Mientras que en la dirección hace aguas por todos lados, como era marca de la casa, dicho sea de paso las coreografías son una delicia con unos combates geniales que no tienen nada que envidiar a las posteriores oleadas de películas, incluidas las más recientes; bien le vendría al caracartón de Jet Li aprender de los maestros del género.

La historia nos presenta al noble y habilidoso luchador Tien Lung, que con toda su buen intención de desfacer un entuerto y hacer pagar la afrenda, consigue que su escuela rival le acabe declarando la guerra a la suya propia. Así, tras la somanta de ostias que se llevan los de la escuela de cobardes y malvados, su líder, que es contrabadista de drogas y mala gente en general, contrata a unos asesinos mercenarios para vengarse de la vergüenza que han sufrido.
Recordemos que es una película de la Golden Harvest, así que la venganza aparece siempre en mayúsculas, y, por supuesto, aún no hemos visto nada.
El grupo de asesinos, liderado por un japonés supercafre y superfuerte con colmillos al que en un momento llaman "hombre de Okinawa" (sí, más que posible referencia a Kill Bill) está constituido por unos personajes a cada cual más pintoresco y con unas técnicas bastante curiosas, como veremos a continuación, a saber: dos karatekas japoneses, un experto en judo, otro en kung-fu, dos boxeadores tailandeses, una pareja de lamas y un sij hindú experto en yoga (??).
Estos masacrarán a toda la escuela (la de los buenos) y el bestia de los colmillos amputa el brazo derecho de Tien Lung de un solo golpe; suerte que este escapa herido de gravedad y es recogido por un médico experto en arcanas tradiciones que le ayudará a preparar la venganza del luchador manco.

Por supuesto, esta obra no está exenta de detalles kitsch o abiertamente cutres, como prefieran; tal es el caso de los ataques de yoga del hindú consistente en correr haciendo el pino (claro que Tien Lung le supera, con un sólo brazo ¡y con un sólo dedo!) o la ancestral técnica shaolin Jigglypuff, con la que el lama más poderoso hincha, literalmente, su volumen corporal haciéndose invencible (unos globos debajo del traje en el culmen de la cutrez). Impagables escenas que causarán el descojone entre el respetable.

Pero no nos olvidemos de la cantidad de artes marciales, pues encontramos kung-fu, karate, thai-boxing, judo...y la propia calidad de las coreografías, he de insistir en ello. Gran película.

Tengo vagos recuerdos de la segunda parte, titulada en inglés One armed boxer vs. the flying guillotine, que era brutal y puede que mejor que esta; así que me veo otra vez obligado a mendigar entre ustedes a ver si saben donde puedo encontrarla, voy a tener que dejar de hablar de cine en estas condiciones. A ver si Canal Sur vuelve a emitir estas películas como bien hacían en su día, y encima después de comer.