ZOMBIE FICCIÓN
Los zombies están por todas partes, no literalmente (o quizás sí). Hace tiempo ya que el zombie clásico, con sus clichés y sus coñas más o menos implícitas, no es exclusivo de Romeros, Fulcis y Matteis. En el cine se han seguido haciendo historias y puestas al día con mayor o menor acierto, pero eso si sólo hablamos de cine...
En viñetas también hemos podido encontrar ejemplos muy buenos, desde las historias de la EC, Warren y la Marvel setentera hasta la magnífica Los Muertos Vivientes de Robert Kirkman (de lectura más que obligada, 'nuff said), pasando por las horribles italianadas que se hacían paralelamente a lo que hacían sus primos cámara en mano, recomendado para lectores muy enfermos.
Pero quizás la vuelta de tuerca más original hoy en día con un tema tan manoseado es el salto (o arrastre de muñones) del zombie a la prosa.
Obviando algún que otro relato u obras que ya de por sí son la base del zombie tal y como lo conocemos (ahí tenemos a Matheson y su Soy Leyenda), ni iniciación en este curioso género ha sido con Max Brooks y sus geniales Guía de Supervivencia Zombi (donde aprendes a sobrevivir en caso de holocausto zombie) y Guerra Mundial Z (relato oral y coral de cómo sobrevivimos a la epidemia). No sólo conservan lo mejor del género zombie sino que para Brooks es la base para hacer algo original y divertido, y vaya si lo consigue.
Luego, echando un vistazo por ahí, parece que hay mucho material publicado más o menos por las mismas fechas. Imagino que habrá mucha morralla, pero hay cosas tan variopintas como historia de amor adolescente entre zombies y crossovers entre vampiros y zombies. Merece la pena destacar una aportación patria que empezó en forma de blog: Apocalipsis Z.
¿Termina la cosa ahí? Afortunadamente no. Descubro maravillado como algún osado pervierte la respetada (y muy odiada por quien esto escribe) obra de Jane Austen y se saca de la manga Orgullo, Prejuicio y Zombies (prueba de que todo es susceptible de mejorar si añadimos zombies) la cual no he podido leer aún pero que me interesa por el mero hecho de introducir los zombies en la novela alterando los párrafos originales de Austen. Genial.
Aquí también nos subimos al carro y descubrimos un manuscrito de Lorca en el que la imaginería lorquiana se mezcla con la necrofilia y el canibalismo: La Casa de Bernarda Alba Zombi...
"La hija de la Librada, la soltera, tuvo un hijo no se sabe con quién. Y para ocultar su vergüenza lo mató y lo metió debajo de unas piedras; pero unos zombis, con más corazón que muchas criaturas, lo sacaron y como llevados por la mano de dios lo han puesto en el tranco de su puerta. El andrajo se retuerce por un trozo de carne. Es horrible. Le han echado el hígado de un ternero y lo engulle aunque no tiene dientes." (La Poncia)
Vuestro humilde narrador se quita el sombrero.
Y digo yo, ¿y si todos fuéramos capaces de zombieficar nuestros libros? Alargo el brazo hasta la estantería, a ver...Frankenstein, no, este no vale...Miedo y Asco en Las Vegas...
Estábamos en algún lugar de Barstow, muy cerca del desierto, cuando empezó a hacer efecto el Solanum. Recuerdo que dije algo así como:
- Me han mordido, conduce tú...
(Miedo, Asco y Zombies en Las Vegas, por Hunter S. Thompson y LVH)
Probemos con algo más clásico:
Cuando era más joven y más vulnerable, mi padre me dio un consejo en el que no he dejado de pensar desde entonces.
"Siempre que sientas ganas de huir de los zombies", me dijo, "recuerda que no a todo el mundo se le han dado tantas facilidades como a ti".
(El Gran Gatsby: Hay un zombie en mi fiesta, por Francis Scott Fitzgerald y LVH)
Y alguna modernez:
Todo empezó por un número equivocado, el teléfono sonó tres veces en mitad de la noche y la voz al otro lado preguntó por alguien que no era él. Mucho más tarde, cuando pudo pensar en las cosas que le sucedieron, antes de que los Z lo jodieran todo, llegaría a la conclusión de que nada era real excepto el azar.
(Zombies en la Ciudad de Cristal, por Paul Auster y LVH)
Y así, miles de ejemplos. ¡Reescriban sus bibliotecas y vean zombies por todas partes!