Nemedjäh

Sentiros bienvenidos en este blog de comics, rol, literatura, música, cine y otras hierbas...

lunes, julio 26, 2004

SCORPIONS + TWISTED SISTER: DESPARRAME EN GRANADA
 
YEAHH!! Así de contento estoy, como unas castañuelas oye. Resulta que ayer cumplí uno de mis sueños metaleros (que son muchos): ver en concierto a los míticos Scorpions y Twisted Sister (ambos igual de míticos, of course).

Pero por supuesto no fue un concierto cualquiera, no señor, entrada en mano desde hacía dos semanas y en el coche de mi amigo y hermano de toda la vida José junto a nuestras respectivas novias fuimos hasta Atarfe (Granada) para disfrutar de tal evento. Y vaya si lo hicimos.

Después de soportar el chaparrón de broncas y preocupaciones, que si el calor, que si las carreteras, que si no te olvides la pasta de dientes...cogimos la carretera con ganas de salir para el concierto y con tiempo (eso sí, sin correr) para poder acampar en un camping de por allí y pasar la noche sin prisa.
El viaje fue toda una colección de anécdotas (hoy, por ejemplo, en el viaje de vuelta, hemos visto a Carmen Sevilla salir del sitio al que fuimos a desayunar) y para variar tuvimos una suerte que ni nos la imaginábamos y más que merecida digo yo, pues al llegar nos enteramos que de camping ni hablar, que estaba más lejos y había que coger unos desvíos que ni puñetera idea y, por fin, después de patearnos todos los hostales de allí encontramos un hotel donde, in extremis, nos hicieron un ofertón acojonante ¡y en la misma calle donde se celebraba el concierto!

Todo eso era lo que nos faltaba ya para disfrutar de un concierto que ya de por sí de presentaba de lo más apetecible y después de sufrir la mala organización del evento (los Twisted iban por la tercera canción y estaba empezando a entrar gente, sin palabras) entramos para toparnos de lleno con la sobresaliente actuación de los Twisted Sister, vaya grupazo de los de toda la vida que sigue dando una caña como pocos. Dee Snider es imparable, se desgarra la voz, salta, aúlla, vuelve a saltar, se agita, se sube a donde puede.....¡acojonante! Ya desde el principio el público estaba en sus rosados y horteras bolsillos, por no mencionar los diálogos en español de Eddie Ojeda, la actitud y pose rockera genial de mi admirado de siempre Jay Jay French y la brutalidad de Mark Mendoza (se cargó una cuerda del bajo de las leches que le pegaba el tío).
No quiero olvidar a A.J. tampoco, que aunque muy disimulado tuvo una actuación muy correcta.
Como no pretendo ni puedo hacer una crónica no puedo expresar la magnitud de esa actuación pero sin duda es de los mejores conciertos que he visto en mi vida.

Ante ese listón tan alto salieron unos Scorpions más que dignos peeeeero se nota que no tienen su época o que se hicieron demasiado de rogar y no se esforzaron tanto en conectar con el público, no se, la cosa es que hubo grandes diferencias entre un grupo y otro pero vamos, que fue una actuación cojonuda, con solos de Matthias Jabs a lo bestia y del nuevo batería (una bestia salvaje llamada James Kottak o algo así). Mención especial Rudolf Schenker, con un look copiado a Nacho Cano en solitario, que no dejaba de sacar distintos modelos de Flying V's y siempre genial con la guitarra rítmica y sus solos con ese feeling que tira de espaldas. Eso sí, con todo el dolor del mundo para mi novia vimos como Klaus Meine se resiente todavía de esa operación de garganta, lo hizo muy bien pero es obvio que los 80 atrás quedaron, lástima.

Momento que quedará en mi memoria: la traca final de Wind of change, Still loving you y Rock you like a hurricane. Bestial, aunque sigo opinando que cerrar con una balada como When the smoke is going down no fue lo más acertado.

En fin, otro concierto que atesoraré en mi memoria junto a Iron Maiden y Jethro Tull entre los más destacados, ¿razones? los huevos con aceite de los TS (véase We're not gonna take it a lo castizo), el momento en el que Rudolf sonrió ante los gestos de aprobación y admiración del que firma y el conciertazo en el amplio sentido de la palabra, porque eso es lo que fue.

Mamá, quiero ser estrella de rock.

viernes, julio 23, 2004

ADIÓS MR. GOLDSMITH

Hoy nos ha dejado para siempre el tripulante fantasma de la U.S.S. Enterprise, aquel que nos narraba cada secuencia, cada escena, cada episodio, cada película con el idioma más bello que jamás escuchó la Federación de Planetas Unidos: la música.

Sí, hace escasos minutos he leído con cierta tristeza cómo el cancer se lleva a otro grande, el inimitable Jerry Goldsmith, un verdadero rey de reyes de ese grupo de compositores a los que conocemos por sus sinfónicas aportaciones al séptimo arte y que en ocasiones son bastante responsables del éxito de la película o incluso la dignifican cuando dicha obra no es ninguna maravilla.

Su estilo, preciosista y solemne, pedía aventura a gritos en esas imponentes escenas de fantásticas batallas y naves espaciales mientras que su discurso melódico se deslizaba alegremente como una ninfa volando entre los lógicos consejos de Spock y las tribulaciones del Comandante Kirk.

Ni que decir tiene que siempre recordaré con cariño a Goldsmith por Star Trek, a la vista está, pero sería una vileza no recordarle por sus otras partituras como las de El Planeta de los Simios, La Profecía, Alien, El primer caballero, El guerrero nº13... Independientemente de los gustos particulares, apuesto a que entre las 10 películas o series preferidas de todos nosotros, podemos escuchar la batuta de Jerry aunque sea tímidamente, y eso es un honor compartido con los otros genios Williams, Elfman, Shore, Horner, Badel, Joplin, Rosenthal, Barry... 

El telón ha caído, la orquesta ya ha recogido sus instrumentos y en el recuerdo de nosotros, los espectadores, el maestro Goldsmith, quien dejando aquí entre nosotros su música como legado se prepara para partir por última vez.

¿A dónde? Segunda estrella a la derecha...rumbo hacia la gloria.

jueves, julio 22, 2004

DANZAD, DANZAD, MALDITOS
 
Ufff, que de tiempo ¿verdad? Los examenes, las salidas vacacionales y la pereza veraniega (por no hablar de laaaaargas sesiones de Diablo 2) me han alejado de mi pequeño mundo bitacorero dejándome muchas cosas en el tintero que Crom sabe si acabaré por escribir aquí. En fin, que traigo una nueva y cuasi-estúpida historia como es de costumbre.

La semana pasada fui a Quesada, un pequeño pueblo de la sierra de Jaén que no es muy conocido, no, pero lo quiera o no y sea como fuere constituye parte de mi vida, o lo que es lo mismo, mi padre es de allí, tengo familia allí y voy todos los años esporádicas veces.
Es un pueblo encantador a la par que bonito y su gente intenta complacerte siempre peeeeeeero tiene un gran problema: es la mar de aburrido.
Para mí Quesada es sinónimo de días enteros apoltronado en el sillón viendo westerns veraniegos, teleseries que nunca veo y tengo la suerte o desgracia de ver en ese momento (allí me enganché a Los Flodder y odié con toditas mis entrañas a Ana y los siete) o bien leyendo pilas de libros y comics que me traigo de casa y que no he tenido tiempo de leer. Vamos, siempre buscando alternativas a esos tediosos días de mucho comer y climas extremos (¡qué sería de nosotros sin el aire acondicionado!).

Aún a pesar de todo, en este último viaje me divertí bastante gracias a la grata compañía que me proporcionaron la ex-novia de mi primo y varias amigas que con el tiempo he conocido pero que por varias razones, algunas más estúpidas que otras, no he quedado en otras ocasiones; el caso es que quedé con una numerosa patrulla de féminas simpatiquísimas (eso sí, que no piensen mal los morbosos porque un servidor respetó y respeta a su santa; aunque reconozco que ya me hubiera gustado estar con tanta damisela cuando no me comía un jurel) que me llevaron al sitio estrella de Quesada, el disco-pub (no diremos el nombre por temas de propaanda y tal, pero todos los que hayan estado lo conocen).

Lo terrible fue, ladies and gentlemen, que este escritor aficionado tuvo que bailar allí como los personajes de la película de Sydney Pollack cuyo título he robado para esta historia. Yo, que soy lo más alejado de Tony Manero a este lado del Atlántico, bailando allí al son de los éxitos más horteras y machacones de este verano (incluso de anteriores veranos, cosas del pueblo).

El problema es que no solo no me gusta bailar, sino que el hecho de ser pelín torpe, desgarbado y tener un 45 de pie no ayuda nada de nada, y eso que no era mal deportista pero es lo que hay. Allí estaba yo siguiendo el compás con la mirada perdida e intentando organizar mis extremidades de la manera más rítmica posible, y mira que era horrendas las canciones.
Una discoteca la conoce todo el mundo pero quien las detesta, como es mi caso, solo ve en ellas un bucle continuo de sintonías para el movil e hijos bastardos de la tradición veraniega (ya de por sí muy hortera) de Georgie Dann.
 
El momento más especial fue cuando pincharon una versión techno-dance-hardcore-máquina-chinchinpum-o-como-coño-sea de We will rock you de, como no, los dioses Queen (su canción más manoseada y prostituída) que sí, que era una mierda, pero al menos me sabía la letra y bueno, algo es algo.

Desde los sofisticados pliés hasta los cafres brincos de las discotecas hay un universo que me es totalmente ajeno a mí y, por supuesto en el último caso, opino como aquel que decía que el baile es la frustración vertical de un deseo horizontal pero es cierto que para eso se lo montaban mejor nuestros padres en los guateques, ¿o es que es lo mismo esos bailes agarrados al son del Dúo Dinámico donde se aprovechaba para meter mano que un tema chorra de King Africa en el que se salta como un bantú? Porque allí la única manera de pillar carne es cuando te acercas a la barra entre todos esos cuerpos sudorosos.

En fin lectores, podría seguir rayando con el tópico de hoy pero se me agota la parla barata y tengo prisa así que solo les recomiendo que si se sienten ridículos pues echen toda la carne al asador por si alguna se fija y, si son como yo, nunca, nunca, nunca piensen que a esa misma hora están tocando en otro lugar Deep Purple, Status Quo y Cheap Trick.
 
Todavía me estoy secando las lágrimas, se lo juro.

Snif, snif.