Dejada bien atrás la pereza de nuevo, relato ahora que estoy más calmado mis impresiones sobre la
22ª Hispacon que, este año, se celebró en
Cádiz y a la que asistí ilusionado en todo lo posible (mi maltrecha economía, tema recurrente por aquí, no me permitió hacerme con mi acreditación and
all that jazz). Ha sido mi primera Hispacon pero no la primera que se celebra en esta ciudad, pues ya en el 92 y el 95 hubo fastos semejantes pero claro, ni yo tenía ni idea de todo esto por entonces ni habían pasado los
Asimov, Dick, Clarke, Vance... por mis manos y ojos.
Pero bueno, esta era la mía para impregnarme de todo ese ambiente aunque al menos fuera por ósmosis y conocer más en profundidad el mundillo. Y vaya que si lo conocí.
Magnífico cartel del genial Jesús Merino, en homenaje a Flash Gordon ¡70 añitos no son ná!
Vale, lo admito, al principio tenía un poco de recelo al ver que había que pagar una cantidad que para mí era elevada, junto con el hecho de que me asustó la perspectiva de que aquello fuera un gafapastio de tomo y lomo en el que consabidos juntaletras se darían palmaditas ante los expectantes aficionados. Pero, oye, que me lo pasé muy bien y la gente era muy enrollada, como ya comentaré luego.
Siguiendo con la línea de ideas anteriores a mi visita, una ojeada al programa me hizo encontrar sentimientos separados; por un lado me interesaban conferencias como la de la ciencia-ficción y el comic a cargo de
Manuel Barrero, uno de los mayores sabios hyboreos al que me hubiera gustado poder preguntarle algunas cosas y el 70º cumpleaños de
Flash Gordon, por el cual por poco se me escapa la lagrimita al ver su exposición de comics (y es que cuando mi santa madre me tiró a la basura tanto comic, no se imaginó jamás el daño que hizo), entre otros pero, francamente, no me atraían los coloquios sobre
Harry Potter y
Buffy, mira que lo intento y que quien me diga que son muy buenos y que son la leche en vinagre pues vale, que sí, que yo lo admito, pero es que un servidor no traga todo eso por mucho que se esfuerza, y juro que me esfuerzo.
Llegó el viernes inaugural y después de los 5 minutos que separaban mi casa del Palacio de Congresos, ya estaba yo allí listo para entrar en el planeta
Gadir2k4...
Lo primero que me encuentro, el stand de
Leviatán, mi tienda de subsistencia donde pacientemente me guardan esas torres de comics a la espera de que una triste quiniela llene mis bolsillos, ergo sus arcas también. Tanto el tan generoso gesto como la simpatía y buen rollo con los que siempre me tratan, bien merecen una mención en este humilde blog junto con mis deseos de que sigan creciendo con esa tienda tan cojonuda que tienen.
Tras una agradable charla visité las exposiciones de originales de
Rafa Fonteriz, Enrique Corominas y
Jesús Merino, que hicieron las delicias del firmante, en especial este último, ya que no sólo tira la vena marveliana, sino que me encontré con varias portadas de la colección
El Reino Salvaje de Conan, del que soy ferviente seguidor como algunos sabréis.
De la misma calidad fueron las muestras de
Máscaras de lo fantástico, las ilustraciones de
Luis Royo de la saga del
Orden Estelar (genial obra del paisano
Ángel Torres Quesada) y, como no, los ejemplares de tebeos de
Flash Gordon y fanzines de hace años.
Queda como anécdota de ese viernes que se me perdió mi hermana, a la que quería enseñar este mundillo y por allí desapareció (o fui yo el que se perdió, posiblemente).
El sábado deambuló por el recinto el esperadísimo
Guillermo del Toro, pero ese día no fui debido a la inesperada y muy agradable visita de un muy buen amigo mío de la infancia que hacía mucho tiempo que no sabía nada de él, pero eso significaba que el domingo tenía que ir como si mi vida pendiera de ello...
Y sí, el domingo de clausura fui, con el objetivo prefijado de abordad a
Guillermo del Toro para esas tonterías de fan que uno tiene, uséase fotos, autógrafos, preguntas y acosos de todo tipo (con decoro, eso sí) y, para mi sorpresa, nada más salir del ascensor me encontré con el susodicho como si fuera uno más, allí hablando y firmando entre cuatro personas. Allí me acerqué yo y salí con mi dibujo de
Hellboy dedicado, mi foto con el orondo y bonachón director y una de las mejores impresiones de mi vida, sin duda unos momentos que atesoraré con un más que grato recuerdo; y es que, el mejicano se merece un post y vaya que si lo tendrá, pues todo lo que aquí escriba es poco para definir la esencia de este
enfant terrible del cine fantástico.
Ese día tuve la oportunidad de conocer a gente muy interesante del faranduleo de la ciencia-ficción, allí organizando todo estaba
Rafa Marín, que lo conozco más indirectamente que por lo personal y, aparte, entre algunos que lamentablemente no recuerdo, felicité a todo aquellos que conocí bien por sus novelas, ensayos o sus blogs, que despiertan mi envidia en muchos casos, entre ellos el mencionado
Ángel Torres Quesada, P.Jorge y, por supuesto y con mención especial a
Alfonso Merelo, responsable de ese magnífico blog que es
Memorando y que con su amigable simpatía nos contó a los de
Leviatán y a mí algunos entresijos de la organización muy curiosos. ¡Un saludo
Don Alfonso!
Y como colofón final me dejaron entrar en la conferencia de
Guillermo del Toro supliendo a los de la mencionada tienda, que estaban bastante atareados. La conferencia genial, pero eso, es otra historia.
Ahora a esperar al 2012, que prometen volver. Si es así, entonces prometo volver yo también y, esta vez, a lo grande.