El cine de robots es algo que a todos los de mi generación nos encanta, vamos, que si alguna vez has madrugado para ver a los
Transformers en una recien estrenada Antena 3 (o era Tele5?) fijo que eres de los mios. En mi caso todo lo que oliera a tuercas y circuitos era digno de mi atención y/o admiración, y así me enganché a
Goldorak (el
Mazinger de mi generación) y a miles de subproductos más que ni recuerdo, sí se me viene a la cabeza
Ironman 28.N.del autor: ¡Qué tiempos aquellos! recuerdo que dibujé en mi maletín de multihobby feber un 28 en cera amarilla intentando emular el maletín de control de Ironman que, dicho sea de paso, empezé a ver esta serie pensando que vería a Tony Stark. Agridulce error.
Por supuesto, mi vida empezó a llenarse de robots, androides, cyborgs y demás parafernalia:
R2D2, C3PO, Gort, Robby, Robocop, T-800 y
T-1000, Número 5, Bioman (sí, este también), los
Replicantes, La Visión, el Hombre Máquina...hasta que mis ojos se posaron en un estante del videoclub donde encontré una carátula con 2 robots gigantes dándose de ostias mutuamente y con el sugerente título de
Robot Jox, ¿de verdad piensan ustedes que habrían pasado de largo si tenemos en cuenta las anteriores circunstancias? incluso con mchas menos razones que las citadas, estoy seguro de que más de uno se habría lanzado sobre la película como un lobo hambriento para verla en casa esa tarde de sábado.
Pues bien, esa fue la primera vez de muchas en las que secuestré esa película, aunque dudo que nadie se abofeteara por alquilarla porque la verdad es que era un truño y hay que ser muy enfermo para disfrutar tanto con películas como esta, admitámoslo. Eso sí, fue todo un éxito de público, porque en cuanto comenté este título en clase corrió un de boca en boca que a finales de año ya todos habían visto la película, y es que aunque muchos lo nieguen, los niños estamos hechos de la misma pasta.
La historia es tal que así: en un mundo post-3ª Guerra Mundial y cuasi apocalíptico coexiste dos grandes potencias: la
Confederación y el
Mercado.
Los primeros vienen a ser los típicos rusos malos e ivandraguizados (siempre que pienso en rusos malos en películas de los 80 y posteriores, se me viene a la cabeza el personaje de
Dolph Lundgren como prototipo de ruso pérfido y de acento hiriente) mientras que los otros pues ya os imaginais, yankis con aliento a clorofila.
Los enfrentamientos siguen, por supuesto, pero nada de guerras, amenazas, pulsos chinos o a ver quien toca más rápido
Far Beyond The Sun; nada de eso, el procedimiento es el siguiente: una arena de combate, un árbitro, 2 robots gigantescos y muchas ostias para repartir entre ambos ¿alguien da más?
Alexander, nuestro
Iván Drago en esta ocasión, ha diezmado las filas del Mercado ¿a todos?¡no! un irreductible guerrero llamado
Aquiles aún lucha a lomos mecánicos de su robot jox (
Gary Graham, de
Alien Nation) pero desgraciadamente, en un intento de salvar a los civiles que pululaban por ahí haciendo apuestas, cae aplastando a tropecientos de ellos. Si a la depresión le sumamos que se le acaba el contrato, pues el colega se nos prejubila.
Hay unas cuantas lagunas en mi memoria porque recuerdo que había unas tramas de sobornos y traiciones entre los gerifaltes que había detrás de estas colosales luchas pero tal vez debido al reseteo cerebral posterior al examen de hoy, esos datos no vuelvan a aparecer hasta años más tarde.
En fin, resulta que
Atena (o
Atenea, no recuerdo bien), una compañera de
Aquiles, muy luchadora ella, quiere tomar el relevo de este último y apalizar a
Alexander;
Aquiles intenta disuadirla sin éxito, y eso que inician una curiosa relación donde los besos y las ostias fluyen a partes iguales; al final, se mete en el mecanopellejo del robot jox de
Aquiles y
Alexander le da la suya y la del inglés, vaya paliza madre mía...claro que, no contaban con la astucia de
Aquiles, que aparece como el 7º de caballería y dejamos el comentario de la película con la bella escena de los dos robots en duelo al atardecer, uno busca venganza, el otro busca la humillación del otro ¿alguien apuesta?
Si no sigo más es porque el final es muy chorra y típico y prefiero dejárselo a ustedes si tienen uno de esos ratos tontos de emule y no saben que descargar. Ojo, sólo como curiosidad cinerobótica ochentera, que conste que van avisados.
Que ustedes lo disfruten.