Nemedjäh

Sentiros bienvenidos en este blog de comics, rol, literatura, música, cine y otras hierbas...

domingo, octubre 17, 2004

MOMENTOS TREKKIES: STAR TREK Y LA TRATA DE BLANCAS

Gracias a los antiguos videos que me han prestado, el otro día pude volver a ver uno de los capítulos mas singulares de mi teleserie preferida de todos los tiempos, en especial el episodio llamado Las chicas de Mudd.

Esta historia firmada por el propio Gene Roddenberry nos presenta a Mudd, un mercachifle fugitivo intergaláctico que volvería a aparecer alguna que otra vez por la serie, y sus bellas señoritas, según el canon sesentero, rescatadas de la desintegración de su nave y a salvo en la Enterprise.
Ahora bien, la llegada del trío femenino se haría notar entre una tripulación acostumbrada a teletransportar tíos feos de otras razas, plantas y minerales raros (recuerden que la serie todavía es joven) y la reacción entre los adanes es más que previsible. WOW, tensiones sexuales en una serie de ciencia ficción de los 60 (¡¡!!), ¿en que estaría pensando el buenazo de Gene? Coñas aparte es un capítulo muy simpático por lo peculiar de su trama.
Resulta que Mudd, que tiene pinta de gitano rumano y un turbio historial, llevaba en su nave robada a las tres jovencitas para encontrarles maridos que paguen por ellas una suma considerable, o sea, que es su chulo pero para evitar malos rollos entre el público biempensante pues es un celestino a sueldo, además, a ellas les gusta mucho la idea del matrimonio como inocentonas que son.


Las "inocentes" chicas de Mudd Posted by Hello

Mientras se descubre todo esto Kirk, McCoy, Scotty y toda la peña masculina están en una nube soltando charcos de babas ante los contoneos de tal mercancía (a mí me gustaba la morena en su día, y es que bien guapa que es) y además, para rizar el rizo, a la rubia del vestido rojo le entra un pequeño síndrome Pretty Woman y se cuela por el Capitán Kirk (si es que los uniformes...) pero no da pie a nada reseñable y huelga decir que Spock se mantiene un tanto ajeno ante tal llamada de la jungla (y mira que rondaban por ahí la tenient Uhura y la asistente Janice Rand, ambas muy guapas también).
La cosa se complica cuando descubrimos que las casamenteras mantenían su juventud y belleza gracias a la droga de Venus que le suministraba su chu...digo, Mudd y que gracias a ella pues las tenía atadas en corto. Más problemas: hacen falta cristales de litio para los motores ya que los gastaron en la operación de rescate y para ello contactan con los mineros del planeta-mina Rigel 12 (me recuerda inevitablemente al planeta Asturias de Acción Mutante) pero con el inconveniente de que Mudd se ha anticipado para hacer propaganda de sus chicas y sacar tajada; el resultado es de lo más esperado: los mineros, cachondos cual palo de churrero tras largos años sin compañía femenina, quieren a las féminas a cambio de los cristales de litio.

Y al final lo consiguen, pero las tormentas de arena del planeta disminuyen el efecto de la droga y el minero que está con la rubia de Kirk, machista como él sólo, la rechaza pero lo cierto es que el final es de lo más chorra pues Kirk convence a la rubia de que la belleza está si tú te lo crees y que ya le vale al minero y tal y cual hasta que la rubia y el minero se quedan juntos por si cuaja la cosa, supongo yo.

Inexplicablemente la rubia vuelve a ser guapa con sólo proponérselo, hay que decirlo porque si no ni ella ni el minero estan por la labor de casarse gracias a la caravana de mujeres de la Enterprise.

En fin, que es un episodio muy peculiar y divertido, además no recuerdo haber criticado negativamente a Star Trek en mi vida(al menos por cosas importantes) así que como fanático que soy sólo me permito unas pocas coñas a su costa y dejo claro que este capítulo me gusta.

Eso sí, me pregunto si este capítulo dejó marcado a personajes como Chuck Austen porque os juro que se me ha pasado por la cabeza alguna que otra vez.

Mudd, en otro episodio, intentando embaucar al bueno de Kirk Posted by Hello

sábado, octubre 16, 2004

SALDO POR LIQUIDACIÓN

Parece que dentro de poco veremos a nuestros vendedores de comics habituales pregonando lo de ¡Que me lo quitan de las manos oiga! con las bibliotecas Marvel porque la cosa tiene bemoles. Con lo que me costaron en su día (aunque son bastante económicas y la calidad/precio es irreprochable, servidor ha pasado muchos apuros para seguir alguna que otra colección) ahora vuelvo a quedar como un primo al ver las ofertas del mes: BMs de Spiderman, Hulk y Thor nºs 1 y 2 a precio de 2€, vamos, un ofertón que para algunos llega tarde, como me pasa con Thor. Sin embargo, me he hecho con los de Hulk y los de Spiderman, aunque tengo repetido el primero dudo que jamás encuentre tan barato el segundo número.

Es la típica oferta que aquí en Cádiz nos vemos en verano en el Paseo Marítimo cuando tu parienta y sus amigas ven esa oferta de cinturones a 1 leru c/u. Lo primero que piensan no es si les hace falta el cinturón o no, la cosa es que cuesta un mísero euro y hay que comprarlo como si fueras a recuperar tu alma con ello. Algo así me ha pasado esta mañana al morder con ansia ese anzuelo comiquero aunque, claro, yo espero poder terminar la deseada BM de Thor y, si sigue esta liquidación, hacerme con alguna que otra cosa así que no es consumismo puro y duro.

Planeta ha tocado fondo, y en más de un sentido, pues parece ser que hay que deshacerse de todo ese fondo editorial cuyos derechos pertenecen a los innombrables conquistadores transalpinos (esta vez me callaré el epíteto característico) y antes que quemarlo pues a vender lo que se pueda. Por mí perfecto siempre y cuando me lleve alguna alegría ante tan siniestras previsiones porque, vale, tras leerme el Dolmen de este mes he visto que más o menos los precios se mantienen (suben un poquitín) y los formatos también pero me preocupa la salud de la línea Excelsior, amén de los coleccionables de turno y las reediciones inoportunas.
Ay, por Crom! Qué difícil es esto de los comics estos días, un enloquecido mundo de cuya locura me estoy contagiando de manera paranoica. Con lo fácil que hubiera sido quedarnos en el statu quo al igual que le pedía el mejicano aquel a la Virgen de Guadalupe.

Por cierto, a la hora de pensar en deshacerse del famoso fondo editorial (que ahora mismo es el Fort Knox de los comics) digo yo que Planeta podría llamar a los suscriptores de todos sus coleccionables anteriores y presentes y hacerles algún regalito u oferta simpática, vamos, digo yo, que no estaría mal y por pedir...

martes, octubre 12, 2004

COMICS DE MI VIDA: SPIDERMAN - LA ÚLTIMA CACERÍA DE KRAVEN

Gracias al segundo coleccionable del arácnido, que tantas víctimas se ha cobrado por los rumores sobres su publicación y tal, he podido descubrir una joya que nunca tuve ocasión de leer por culpa del abandono al que sometí a Peter Parker durante esos años. De hecho, los años posteriores vieron como se cumplian las más tristes expectativas (sigo pensando que Spiderman murió en los 90 y ahí sigue salvo por raras y honrosas excepciones).

El caso es que tenemos aquí una saga de seis números que se desarrolló en las 3 colecciones de Spiderman del momento: Amazing, Spectacular y Web of; y los creadores de tal engendro fueron Jean Marc de Matteis a los guiones y Mike Zeck dándole al grafito, canela en rama señores.
Zeck me demostró que era todo un monstruo con esa miniserie de Punisher a cargo de Steve Grant que realizó correctamente, amen de las Secret Wars que lo que es el dibujo, está más que bien. Por otro lado, Matteis deja de lado su humor y desparpajo (como veíamos en la Liga de la Justicia) para hacer un comic más adulto y de autor en términos prosaicos; y es que hay que tener en cuenta varios factores importantes, para empezar Peter Parker está recién casado y ya no es el chaval de gafas que Ditko creó, ahora a todo ese cúmulo de preocupaciones que nunca abandonan al bueno de Peter hay que añadir su miedo a dejar a una joven Mary Jane viuda, por otro lado, están los factores externos importantes, que son la publicación (por parte de la competencia) de los grandes monstruos Watchmen y Batman: Dark Knight Returns, que ya habían marcado un año cero en esto de los comics muy recientemente (por entonces).


Portada de Amazing Spiderman 294 Posted by Hello

Visto lo visto, esta serie no tenía el tono dicharachero de las aventuras de Spiderman más corrientes, hasta Peter llega a recriminarse lo inoportuno de sus chistes, más aún, hay una notable ausencia de diálogos en favor de más pensamientos en off para subrayar la psicología de los personajes.

Y por supuesto, tenemos a Kraven.

Kraven no dejaba de ser un villano ruso con toques de opereta y pulp, un cazador urbano que. según lo ibamos descubriendo en la colección, veíamos como su sentido del honor se convertía en motor de sus acciones y había llegado a ser uno de esos villanos que no pueden terminar sus días pudriéndose en la isla de Ryker, no, su fin tenía que llegar con espectáculo, la caída de telón, le grand finale, una muerte de las que se recuerdan como le corresponde a alguien de la talla del Duende Verde y el Dr. Octopus.
Pero además teníamos que ver todo aquello que nos íbamos a perder, lo que nunca veríamos ya: la esencia de Sergei Kravinov, el hombre y el cazador (y, por supuesto, la araña), escenas como la que se nos muestra al cazador entre una marabunta de arañas devorándolas y preparándose para la caza, una caza que era todo un arte y que completaba un círculo vicioso, o incluso triángulo, entre Spiderman-Kraven-Alimaña.
Todo ello aderezado con la bella narración gráfica de Mike Zeck, con las arañas y roedores como actores/narradores del drama y esa inclusión de William Blake para potenciar el sutil guión (como ya dije, Watchmen todavía estaba calentito).

Sin duda es uno de esos comics que se disfrutan y en mi caso, entran de cabeza en mi selección de momentos Marvel, sobre todo cuando fue un canto del cisne antes de la llegada de los 90 y, con ella, la llegada de, entre otros, la pesadilla de los clones, en más de un sentido.


Descanse en paz Posted by Hello

LA MUERTE DE UN HÉROE

Hoy es un día triste.

Un infarto se ha llevado para siempre al hombre que mejor llevó la capa y el emblema de la S de toda la historia: Christopher Reeve.

Me imagino que nunca le gustó el encasillamiento y, como buen actor que fue, no le haría justicia recordarle sólo por su siempre genial interpretación de Superman (incluso en las películas más flojas) pero no puedo evitar recordarle como la perfecta encarnación de mi héroe preferido de la infancia. Christopher Reeve era Kal-El, era Clark Kent, el Superman que todos conocíamos del comic y, además, lo hacía mejor que nadie.
Un trozo de leyenda del hombre de acero seguirá viviendo gracias a él y su muerte nos lo recordará ad aeternum, como sólo las hazañas heroicas se merecen.

No fue una vida fácil, el fatídico accidente montando a caballo fue su bofetón de realidad y triste ironía, nuestro referente del hombre más poderoso del mundo estaba inválido ante este mundo, su mundo, y demostró que la sangre de Krypton la tenemos todos haciendo acopio de su humanidad y coraje para vencer a la adversidad, con la ayuda de sus seres queridos, que nunca es excusa para el héroe.

Fue maestro en esto de vestir el pijama de superhéroe y así se lo enseño a ese inocente discípulo suyo, Tom Welling, que no lo hace nada mal en Smallville y admite su admiración hacia Reeve e, inevitablemente, su nombre estará tan ligado al personaje como lo están los propios Jerry Siegel, Joe Shuster, Curt Swan (genial homenaje en Smallville) y Jack Kirby entre muchos.

Todavía conservo la cinta, rayada de tanto abuso, donde grabé la película y, como era de esperar la ironía, mientras escribo esto han sonado Stone Temple Pilots con Silvergun Superman. Te echaremos mucho de menos Sr.Reeve.

Adios maestro, nunca te olvidaremos. Descanse en paz.


"Muestrame un héroe y te escribiré una tragedia" -- Francis Scott Fitzgerald

sábado, octubre 09, 2004

TAKESHI KITANO ES DIOS

Ya que vuelvo a romper la periodicidad de mi blog voy a permitirme una pequeña incorrección política y voy a tratar uno de los temas más recurrentes en la subcultura de mi generación, reforzada gracias al espíritu de revival cuyas llamas, irónicamente, se avivan gracias a esto del internet.

Y es que la información es poder, Orson Wells bien lo sabía, y, gracias a esta enorme red uno puede enterarse del destino final de aquel programa que tanto amenizaba las mañanas de mis sábados y domingos y que hoy echo muchíiiiiisimo de menos (sobre todo ante la auténtica invasión de tele-basura imperante): Humor Amarillo.

Todos recordamos como esos simpáticos chinitos corrían como locos hacia su propia y más que probable mutilación porque las ostias que se metían no eran para menos, yo mismo he visto sensibilidades de petit-suisse fundirse ante la visión de un concursante pegándole un mordisco a-la-caída a una de esas hamburguesas de piedra. Y todos sabemos de lo que hablo.
Las hamburguesas propiamente dichas, los cañones de Nakatone, el laberinto del Chinotauro, el chino cudeiro, el nota disfrazado de grano de café que acababa rodando por los suelos de un sitio para otro, las puertas que unas se abrían y otras no con dolorosos resultados y un sinfín de elementos que recordamos con cariño amenizados por dos simpáticos comentaristas que no dejaban de soltar una coña tras otra.

Pero antes de emocionarme en exceso con el tema, volvamos al leit-motiv del asunto, o sea, la madre del cordero, ¿quién inventó esta orgía de bofetadas nipona televisiva?

Pues para ello vean la película (que yo recomiendo, por supuesto) Battle Royale y fijense en ese profesor con cara de mala leche que lleva a sus alumnos de excursión a matarse entre ellos en una isla deshabitada, ¿a qué ahora ya hay explicación ante tanto sadismo y resquemor que muestra el individuo? Pues si, no es otro que Takeshi Kitano, responsable de un filme genial que es Zatoichi, en el que también actúa. Todos sabemos que los cineastas japoneses suelen tener una técnica que tira de espaldas, el maestro Kurosawa a la cabeza, y Kitano no lo es menos (por cierto, en Battle Royale su personaje se llama Kitano curiosamente) y el crear esa suerte de concurso violento que protagonizaba también como villano del juego en cuestión no es para nada una mácula en su historial, yo diría que todo lo contrario y perdón por mi gusto tan gamberro.
Vaya ironía la del director de BR al volver a colocar de malvado enemigo de Humor Amarillo al señor Kitano, solo que en versión adulta, menos risas y con sangre esta vez.

El pasado nos persigue compañeros, quien iba a decir que el director/actor de la mencionada Zatoichi era el responsable del tristemente desaparecido programa del quinto canal aunque, por supuesto, se trata del glorioso pasado, ese pasado del que no reniegan ni los igualmente grandes Peter Jackson y Sam Raimi, con toda su filmografía de gore sin contemplaciones y ahora, mira tú por donde, admirados por los cinéfilos de nuevo cuño (sin perder seguidores de toda la vida como un servidor).
Y es que las gamberradas del colegio nunca se olvidan, máxime cuando son los pilares de la nostalgia.

viernes, octubre 01, 2004

CACHARROS HISTÓRICOS Y ENTRAÑABLES: BARCODE BATTLER

Hay veces en que los reyes vienen tarde, pero vienen; y vaya que si vienen. Cuando yo era un enano que devoraba la revista Superjuegos con la ilusión de tener algún día una Super Nintendo (al final tuve sólo una Master System, incluso dos) me gastaba mis 250 pesetas mensuales en esa revista donde, además de lo obvio, también adelantaban y revisaban todo tipo de parafernalia relacionada, más o menos cercana, al leit motiv de la revista.
Entonces, llegó el día que me llamó la atención un anuncio de un invento que se iba a promocionar aquí en la piel de toro directamente traído de la tierra del sol naciente: el Barcode Battler.
La gracia de este artefacto era que enfrentabas a guerreros y magos contra monstruos y además tenías que proporcionarles armas y equipo para ayudarte, todo a través de un curioso sistema: los códigos de barras. Pasabas las tarjetitas correspondientes por el lector de la consola y ya podías montar tus batallitas intergalácticas, tan fácil como pasar un libro por el sensor para saber su precio en las librerías.
Para rizar el rizo, tenías la opción de utilizar tus propios códigos de barras fácilmente disponibles en latas de champiñones, botes de champú, botellas de refresco y todo producto que tengas a mano pudiendo convertirlos en poderosos guerreros o armas.

Y así, ayer mismo llegó a mis manos gracias a mi amigo Rafa, que en su casa tiene de todo y mogollón de trastos que el colega ni quiere, así pues, tras haber recordado una conversación en torno al protagonista de este post, ni corto ni perezoso, va el tío y me regala su propio Barcode Battler semi nuevecito, vaya.
A pesar de que afirmaba con convicción que el cacharro no vale ni el poliexpán que lo envuelve, yo sólo pensaba en esos 2 años consecutivos en que se lo pedí a los reyes sin fruto alguno (aunque nunca me he quejado de mis reyes magos) y para mí era eso, un regalo.

A la vuelta, ya en casa, con paciencia e intuición pude desentrañar varios de los misterios del funcionamiento del BB porque internet ayudaba bastante poco (una web en francés y otra en alemán fueron mi principal ayuda, imaginense) y lo único que encontraba eran críticas más que negativas y, admitámoslo, bastante razón tienen puesto que esta consola fue un fracaso de ventas a pesar de su campaña publicitaria y los usuarios lo veían como una chorrada, por no hablar de la historia de las galaxias de los productos lácteos y de los cereales luchando contra los malos en la nebulosa de nosequé y blablabla, para llorar, vamos.

Pero bueno camaradas, no me preguntéis cómo pero de alguna manera extraña, este jueguecito engancha lo suyo, a saber si será su simpleza o la mía (bien que me impresiono con estos inventos) pero no es tiempo de quejas sino de todo lo contrario, pues han venido los reyes, en un día que no es el suyo y con 10 años de retraso...pero han venido.